El traductor sin corazón (Un pequeño ejercicio de traducción)

En 2012, escribí The heartless translator. Se trata de un minicuento de ficción científica, escrito en inglés, acerca de la necesidad que tenemos los traductores de poner el corazón en lo que hacemos.

Pensé que sería una buena idea hacer el ejercicio de traducirlo al español, ¡y me encantó hacerlo! Me tomé algunas libertades, lo cual supongo me está permitido. Debajo pueden leer el original (en letra cursiva) y la traducción (en redonda de color azul). Acepto críticas, sugerencias y, por supuesto, si a alguien le interesa traducirlo a otro idioma, ¡pues bienvenido/a! Lo publicaríamos con el debido crédito.

The heartless translator

El traductor sin corazón

Once upon a time, there was this poor translator with a worn-out heart.

Había una vez un pobre traductor con el corazón maltrecho.

After living a thousand loaned lives and riding the frantic roller coaster of getting into and out of the skin of a myriad of characters penned and fleshed out by others, after spending a thousand sleepless nights and dreaming of unsolvable ambiguities and impossible deadlines when he did get some sleep, the fibers of his heart had gotten threadbare.

Después de vivir mil vidas ajenas y de subirse innumerables veces a la frenética montaña rusa que supone meterse debajo de la piel de incontables personajes creados y narrados por otros, después de pasar mil y una noches en vela y de soñar con ambigüedades insalvables y plazos de entrega imposibles cuando —por fin— conseguía dormir un poco, las fibras de su corazón estaban deshechas.

Doctors were helpless at fixing such a life-threatening problem, until one of them came up with the idea of the clockwork machine.

Los médicos no habían podido remediar esta afección que estaba poniendo fin a su vida hasta que a uno de ellos se le ocurrió la idea de recurrir a un mecanismo de relojería.

It was implanted right inside the hollow space that used to hold his heart, and it started working right away—tick, tack; tick, tack.

Se lo implantaron directamente en el hueco que solía ocupar el corazón, y el aparato comenzó a funcionar de inmediato con su rítmico tic-tac, tic-tac.

The translator soon recovered his health, but never got his magic back.

El traductor pronto recuperó la salud, pero sus palabras nunca recuperaron la magia.

He was still able to translate to the best of his mind, but he was missing a heart.

Seguía poniendo toda su inteligencia al servicio de su trabajo… pero, ahora, le faltaba corazón.

And a heart is not something a translator can do without.

Y corazón es algo que a un traductor no puede faltarle.

 

Texto original de Nora Torres © 2012 Todos los derechos reservados

Traducido por Nora Torres © 2018 Todos los derechos reservados

13 thoughts on “El traductor sin corazón (Un pequeño ejercicio de traducción)

  1. Hola Nora:

    Me encantó tu minicuento. Resume perfectamente la identidad de nosotros los traductores. De hecho, yo soy traductora y mis combinaciones lingüísticas son ES>IT y EN>IT. Te escribo porque me gustaría traducir este cuento al italiano.

    Dime si te parece bien.

    Besitos,
    Tiziana

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    1. Hola, Tiziana:
      Agradezco muchísimo tu comentario y me encantaría que hagas la traducción al italiano. La idea es buscar un equipo de traductor y revisor para cada idioma en el que alguien se ofrezca y luego publicar la versión con los debidos créditos.

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    1. ¡Hola, Sergio!
      Muchas gracias por tu generosa respuesta, pero en realidad ya tenemos un equipo armado para traducir este minicuento al italiano. ¡Ya habrá otra oportunidad!
      Un gran abrazo,
      Nora

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      1. Claro que sí, encantado. Y si alguien tiene comentarios, pues venga, encantado de escucharlos.

        Il traduttore senza cuore

        C’ era una volta un povero traduttore che aveva il cuore destrutto.

        Dopo vivere mille vite prestate ed andare sulle frenetiche montagne russe che significa entrare ed uscire dalla pelle di una miriade di personaggi concepiti e arricchiti da altri, dopo passare le mille e una notte in bianco e sognare ambiguità enigmatiche e scadenze impossibili, quando dormiva un po’, le matasse del suo cuore erano sfilacciate.

        I medici non avevano potuto curare una malattia così mortale fino a quando uno di loro concepì un meccanismo a orologeria.

        Si lo impiantarono esattamente all’ interno dello spazio vuoto che prima occupava il cuore, e iniziò a lavorare subito con il suo tic tac, tic tac.

        Il traduttore si ristabilì presto, ma non ritrovò mai la sua magia.

        Traduceva ancora con tutto il suo ingegno, ma gli mancava un cuore.

        E un cuore è qualcosa di cui un traduttore non può mai fare a meno.

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      2. ¡Muchas gracias, Sergio! Es increíble la sensación que tengo al leer mi propia historia, transformada, pero igual al mismo tiempo. Creo que esta va a ser una experiencia maravillosa para mí y espero que quienes participen puedan disfrutarla tanto como yo.

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